El maltrato es una agresión intencional e indebida que provoca un daño.
Una agresión se convierte en maltrato en el momento en que aparece en
una relación en la que los participantes se deben cuidado y protección.
Entonces decimos que ha habido un trato indebido. Y es intencional,
porque no es algo que ocurra de manera accidental.
El maltrato puede ser físico, emocional y sexual.
Se suele entender por maltrato físico los ataques o
agresiones intencionales, con uso de la fuerza, que pueden causar daños,
enfermedades o la muerte. Se incluirían aquí acciones tales como
golpear con puños u objetos, dar palizas, emplear un arma, morder,
abofetear, empujar, arrojar objetos, estrangular, zarandear, etc.
El maltrato emocional es el más frecuente y es tan
dañino para la salud y el bienestar de los seres humanos como el
maltrato físico. Consiste básicamente en ataques o agresiones intencionales contra la
seguridad, la libertad de acción, la libertad de pensamiento, la
intimidad, el prestigio y los bienes y posesiones de la otra persona.
Estas agresiones consisten en amenazas persistentes, prohibir hablar con
familiares o amistades, poner difícil ir a lugares concretos, no dejar tomar decisiones, acosar, abandonar, criticar,
insultar, ridiculizar delante de otras personas, quitar o no dar dinero,
etc.
El maltrato o abuso sexual consiste en un evento que
ocurre sin el consentimiento de la víctima e incluye tanto la agresión
sexual que es completada como el intento. La falta de consentimiento y
deseo de mantener las relaciones sexuales es central en este tipo de
maltrato.
El maltrato lo pueden ejercer los varones y las mujeres, pero es más frecuente que un hombre maltrate a una mujer.
miércoles, 9 de marzo de 2016
jueves, 3 de marzo de 2016
La Biblia Políglota Complutense, el Sueño de Cisneros
Dos de los tesoros más apasionantes de la historia de Alcalá y de España se funden para simbolizar un extraordinario y universal proyecto con la firma de Cisneros. La Biblia Políglota Complutense, en la antesala de su V Centenario, y la recién restaurada Capilla de San Ildefonso unen lo mejor de la Universidad y muestran el camino más diáfano que la ciudad tomó desde entonces.
Sobre la Capilla de San Ildefonso gira el concepto renovador y reformista con el que Cisneros rubricó un enorme salto de calidad al propio concepto universitario. Con la Biblia Políglota Complutense logró que ese concepto se convirtiera en un mensaje infinito para los centros universitarios venideros.
Muy pocas obras de arte pueden definir un personaje y un legado histórico y cultural como lo hacen la Capilla de San Ildefonso y la Biblia Políglota Complutense en torno a la figura de Cisneros. Dos tesoros imprescindibles y una personalidad descomunal. Estos dos elementos que se quieren mostrar a través de unos paneles informativos que explican el proyecto de Cisneros, el contenido de la Biblia Políglota, en el marco de la Capilla de San Ildefonso destacando en ellos los colores que conforman el escudo de Cisneros, el amarillo y el rojo; los colores del auténtico protagonista de este avance intelectual, universitario y cultural.
Sobre la Capilla de San Ildefonso gira el concepto renovador y reformista con el que Cisneros rubricó un enorme salto de calidad al propio concepto universitario. Con la Biblia Políglota Complutense logró que ese concepto se convirtiera en un mensaje infinito para los centros universitarios venideros.
Muy pocas obras de arte pueden definir un personaje y un legado histórico y cultural como lo hacen la Capilla de San Ildefonso y la Biblia Políglota Complutense en torno a la figura de Cisneros. Dos tesoros imprescindibles y una personalidad descomunal. Estos dos elementos que se quieren mostrar a través de unos paneles informativos que explican el proyecto de Cisneros, el contenido de la Biblia Políglota, en el marco de la Capilla de San Ildefonso destacando en ellos los colores que conforman el escudo de Cisneros, el amarillo y el rojo; los colores del auténtico protagonista de este avance intelectual, universitario y cultural.
Cómo era Alcalá en 1565
Alcalá de Henares es una ciudad con más de 2000 años de historia, por aquí han pasado numerosas civilizaciones que han dejado una huella que aún es visible cuando visitas la ciudad. Y uno de los vestigios de más valor para conocer cómo era la ciudad en el pasado es el dibujo realizado por el pintor flamenco Anton van der Wyngaerde, más conocido en España como Antonio de las Viñas.
La importancia de la obra pictórica de Wyngaerde radica no tanto en su calidad artística sino en su trascendencia histórica, puesto que refleja con precisión cómo era la ciudad en torno a 1565.
Wyngaerde recibió el encargo de pintar la ciudad de Alcalá de Henares del rey Felipe II, junto con una serie de vistas de las principales ciudades españolas de la época. Su objetivo era formar una especie de atlas de las posesiones de la monarquía hispánica, así que la intención de la obra no es únicamente paisajística sino también política. El original se conserva en la Biblioteca Nacional de Viena.
Además, Wyngaerde aplicó una técnica no muy frecuente en aquella época consistente en dotar a la obra de una perspectiva aérea, gracias a lo que hoy se pueden ver perfectamente muchos de los elementos más importantes de la ciudad amurallada de aquella época. Por ejemplo, en la zona inferior izquierda se puede apreciar con bastante claridad cómo era el Palacio Arzobispal entonces residencia del arzobispo de Toledo, antes del incendio que destruyó dos terceras partes del antiguo edificio a comienzos del siglo XX.
También se puede apreciar que la zona amurallada encierra un recinto de forma circular cuyo centro no es la actual plaza de Cervantes, zona que quedaba justo fuera de las antiguas murallas, sino la Catedral Magistral, epicentro del barrio cristiano de la época.
En la parte inferior de la imagen se observa una especie de avenida de llegada a la cuidad que termina en la muralla, justo donde hoy se sitúa la actual Puerta de Madrid. Antes, a su izquierda y fuera de la muralla se puede ver la Posada del Diablo, lugar donde se hospedaban mercaderes y viajeros.
A la derecha se observa la Catedral Magistral y en el centro del recinto amurallado una calle que lo atraviesa en vertical y que se corresponde con la actual calle Mayor y su prolongación como calle Libreros. A la derecha de esta última se puede apreciar la Universidad Complutense del Cardenal Cisneros, ya en pie a pesar de que en aquella época Alcalá de Henares aún conservaba vigente todo su sabor medieval.
El sueño de Cisneros
Este es un breve recorrido por las siete secciones de la Exposición realizada en el Colegio de San Ildefonso (Universidad de Alcalá) con motivo de la celebración del V Centenario de la Publicación de la Biblia Políglota Complutense.
Colegios Cisnerianos - Oratorio de San Felipe Neri
San Felipe Neri (1515-1595) poeta e hijo de un notario florentino, se
ordenó sacerdote en 1551, y en San Gerolamo della Carità
fundó la Congregación del Oratorio. Dada su inclinación lírica y
popular, el santo no pudo menos de animar la piedad de sus feligreses a
través de la música, anticipándose con esa fórmula al oratorio musical.
Fue canonizado en 1622 y se fundó en Alcalá en 1694, este Oratorio de San Felipe Neri, hoy Colegio de Filipenses.
El fundador del Oratorio fue el obispo de Melilla, Martín de Bonilla y Echevarría, cuyos restos mortales descansan en este lugar desde 1704. Las obras habían comenzado en 1698 pero la iglesia no estuvo terminada hasta 1714, y ello gracias a lo fijado en el testamento de la Condesa de Alba de Liste, quien fue sepultada junto al fundador.
Dicen los expertos que la fachada de ladrillo de su iglesia ofrece rasgos tardíos del estilo madrileño de la Encarnación. Dentro del templo, trazado con planta de salón, hay una cúpula elíptica que se abre sobre el altar. Aparte de la capilla barroca de la Inmaculada, la iglesia contiene otros apartados de notable atractivo artístico, aunque el retablo se perdió durante el saqueo de las tropas napoleónicas.
El padre Lecanda abrió en su interior un museo que catalogó debidamente los fondos del Oratorio. En lo que se refiere a esculturas, podemos admirar la talla de San Felipe Neri, atribuida a la escuela de Alonso Cano, y la talla de Santa Teresa, elaborada por Gregorio Fernández. Entre las pinturas destacan el Calvario, de Mariano Salvador de Maella; el San José, de Antonio Palomino de Castro; el San Bruno, de Vicente Carducho; Santa Teresa, de Juan Delgado; la Inmaculada, de Pereda hijo; la Glorificación de San Felipe Neri, de J. Vicente Ribera, y un boceto de la Purísima, de Vicente López.
En los últimos años, se realizaron importantes obras de rehabilitación y restauración del Patrimonio lo que necesitaban tanto los edificios como el momento, pues el Oratorio se acercaba a celebrar el III Centenario de la fundación (1694-1994). Desde entonces, el Oratorio cuenta con un Museo abierto al público, donde se expone una importante colección de pinturas del siglo XVII y XVIII; asimismo se han recuperado y modernizado las instalaciones de la mencionada Biblioteca, la cual alberga en sus dependencias el Legado de todas las generaciones de Padres que vivieron en esta casa y que la iban enriqueciendo con nuevas e importantes obras, convirtiendo su Biblioteca en un rincón histórico.
Fue canonizado en 1622 y se fundó en Alcalá en 1694, este Oratorio de San Felipe Neri, hoy Colegio de Filipenses.
El fundador del Oratorio fue el obispo de Melilla, Martín de Bonilla y Echevarría, cuyos restos mortales descansan en este lugar desde 1704. Las obras habían comenzado en 1698 pero la iglesia no estuvo terminada hasta 1714, y ello gracias a lo fijado en el testamento de la Condesa de Alba de Liste, quien fue sepultada junto al fundador.
Dicen los expertos que la fachada de ladrillo de su iglesia ofrece rasgos tardíos del estilo madrileño de la Encarnación. Dentro del templo, trazado con planta de salón, hay una cúpula elíptica que se abre sobre el altar. Aparte de la capilla barroca de la Inmaculada, la iglesia contiene otros apartados de notable atractivo artístico, aunque el retablo se perdió durante el saqueo de las tropas napoleónicas.
El padre Lecanda abrió en su interior un museo que catalogó debidamente los fondos del Oratorio. En lo que se refiere a esculturas, podemos admirar la talla de San Felipe Neri, atribuida a la escuela de Alonso Cano, y la talla de Santa Teresa, elaborada por Gregorio Fernández. Entre las pinturas destacan el Calvario, de Mariano Salvador de Maella; el San José, de Antonio Palomino de Castro; el San Bruno, de Vicente Carducho; Santa Teresa, de Juan Delgado; la Inmaculada, de Pereda hijo; la Glorificación de San Felipe Neri, de J. Vicente Ribera, y un boceto de la Purísima, de Vicente López.
En los últimos años, se realizaron importantes obras de rehabilitación y restauración del Patrimonio lo que necesitaban tanto los edificios como el momento, pues el Oratorio se acercaba a celebrar el III Centenario de la fundación (1694-1994). Desde entonces, el Oratorio cuenta con un Museo abierto al público, donde se expone una importante colección de pinturas del siglo XVII y XVIII; asimismo se han recuperado y modernizado las instalaciones de la mencionada Biblioteca, la cual alberga en sus dependencias el Legado de todas las generaciones de Padres que vivieron en esta casa y que la iban enriqueciendo con nuevas e importantes obras, convirtiendo su Biblioteca en un rincón histórico.
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