martes, 19 de noviembre de 2013

Desayuno saludable

Esta es la imagen de un desayuno saludable. Los especialistas en nutrición y los médicos resaltan que el desayuno es la comida más importante del día, y que no desayunar afecta negativamente a nuestra actividad a lo largo del día. Existe en muchos de nuestros hogares  la costumbre de no desayunar o hacerlo rápida y escasamente.
Nuestra actividad física y mental requiere el combustible que los alimentos saludables nos proporcionan para que nuestro rendimiento sea satisfactorio, sin gasolina o con el depósito en reserva, afrontaremos el día con un serio handicap. Por eso, si eres estudiante, aún más estudiante y deportista, o cualquier actividad profesional o de ocio, necesitas desayunar en la cantidad y con la calidad correcta para llegar a la meta con garantías. Fundamental para estudiantes en edad escolar y universitaria: Un desayuno equilibrado contribuye a un reparto más armónico de las calorías a lo largo del día y proporciona, además, una ración de seguridad de muchos nutrientes especialmente importantes en el periodo escolar, época de gran crecimiento y desarrollo. Y a pesar de que uno de cada dos adultos reconoce los beneficios de un buen desayuno para comenzar adecuadamente el día.
¿Qué ocurre si no desayunamos? Algunas de las consecuencias de saltarse el desayuno son decaimiento, falta de concentración y mal humor.  En edades escolares y universitarias, esto condiciona el aprendizaje y acarrea un descenso del rendimiento, ya que la capacidad de locución o expresión, de memoria, de creatividad y de resolución de problemas quedan particularmente afectadas.
Por todo ello, se puede considerar que el desayuno es un hábito alimentario que llega a condicionar el estado físico, psíquico y nutricional, pero no sólo de los niños y adolescentes, sino en personas de todas las edades.

¿Cómo es un desayuno equilibrado?
El desayuno debe suponer, según los especialistas, entre el 20 y el 25% de las calorías ingeridas a lo largo del día. Para que sea equilibrado, deben estar representados como mínimo los siguientes grupos de alimentos: lácteos (leche, yogur, cuajada, requesón…), frutas y cereales (pan, tostadas, cereales de desayuno, galletas…). Aparte de estos, también pueden participar otros alimentos, como derivados cárnicos, huevos, etc, en cantidades moderadas.
- Cereales. Proporcionan hidratos de carbono que aportan energía, vitaminas y minerales. Los cereales integrales aportan, además, fibra.
- Lácteos y huevos. La leche y sus derivados contienen proteínas de calidad, calcio, vitaminas A y D, y vitaminas del grupo B (principalmente riboflavina o B2). El huevo contiene viitaminas A, D y E y es rico en aminoácidos esenciales, ácidos grasos y algunos minerales.
- Frutas. Aportan hidratos de carbono, agua, vitaminas, minerales y fibra.
Derivados cárnicos. Jamón cocido o serrano, fiambres poco grasos (de pollo o pavo), embutidos… Contienen proteínas de calidad con función formadora (de construcción de tejidos y células) y cantidades variables de grasa con función energética.

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